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Un trotamundos embajador de la química

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Un trotamundos embajador de la química

Michael Pirkotsch, director de desarrollo comercial de TANATEX, ha visto mucho mundo. Sus 40 años de carrera profesional en productos químicos para tejidos están plagados de cambios culturales, avances tecnológicos e historias de éxito.

Sin lugar a dudas, Michael Pirkotsch es el vivo reflejo de la mentalidad de TANATEX, basada en el trabajo duro, el entusiasmo por la ciencia y una enorme modestia. Durante la entrevista mantenida con él, Michael nos ofrece el vivo retrato de un profesional textil que concede más importancia a la pasión que a la categoría del puesto, y a quien no abruman las diferencias culturales. Esta visión del mundo es la que ha configurado su carrera profesional y le ha facilitado tanto su trabajo en el extranjero. Pero, ¿dónde comenzó todo? ¿Cómo ha cambiado el sector de los productos químicos para los tejidos a lo largo del tiempo? Y, ¿cómo ha abordado Michael los cambios en Bayer y TANATEX? «Mi deseo era formar parte de su transformación ya que eran muy innovadores y eso era perfecto para mí», afirma.

De estudiante a auxiliar de laboratorio químico
Michael no comenzó en el puesto de director de desarrollo comercial global que ocupa hoy. Hace cuarenta años, cuando apenas era un quinceañero, entró en el laboratorio de Bayer para trabajar en un proyecto escolar. «La ciencia me ha interesado desde que tengo memoria», reconoce Michael. «Siempre me gustaban las actividades en exterior, la escalada y las excursiones. Y al mismo tiempo, me fascinaba la química, con sus reacciones y explosiones». Sus inclinaciones por la química y la ciencia pronto encontraron hueco en Bayer, donde fue contratado como auxiliar de laboratorio químico.

«La industria química era muy diferente entonces», recuerda Michael. «En los años 70, ¡incluso se fumaba en el laboratorio!». Los laboratorios carecían de normas y procedimientos, donde la regla de seguridad más importante era el sentido común. Pese a tomarse muy en serio la seguridad, Michael sigue defendiendo esa forma de pensar. «Antes de nada, es necesario entender la química para poder trabajar con ella», explica. «En aquel entonces es cierto que la seguridad estaba menos regulada, por eso nos enseñaban a ser conscientes por nosotros mismos de los posibles peligros». Esta libertad fomentaba el flujo de creatividad, lo que nos ayudó enormemente a desarrollar productos innovadores». La opinión de Michael es que quizás nos hayamos vuelto demasiado estrictos en los laboratorios actuales. «Lo curioso es que los productos químicos de uso doméstico son mucho más peligrosos», comenta riendo.

El camino hasta los tejidos y TANATEX
La carrera de Michael se ha ido moldeando gracias a diversas decisiones. Después de cinco años en el laboratorio químico, pasó a formar parte del departamento de investigación propiamente dicho, donde comenzó realmente a trabajar con reacciones químicas. Posteriormente, se cambió al departamento de I+D, donde se centró en los tejidos y, concretamente, en el pretratamiento. En este puesto se dedicó a la invención de productos como los agentes de descrudado y de humectación. Nacía un profesional químico textil. En 2004, Michael tuvo que tomar la decisión de permanecer en Bayer o integrarse en TANATEX. Optó por asumir el control de su carrera profesional y se unió a TANATEX. Así lo explica Michael: «Yo deseaba intervenir en su transformación, ya que eran muy innovadores y eso era perfecto para mí».

«En Asia debes tener una gran flexibilidad e iniciativa propia. ¿Que las cosas no salen según lo planeado? Busca una solución. ¿Quieres que las cosas se hagan? Hazlas»

Química transfronteriza
En 2009, el puesto de Michael lo llevó al otro extremo del mundo, Por lo que se mudó a Shanghái como técnico desarrollador de ventas para un proyecto de pretratamiento y blanqueadores ópticos. TANATEX aspiraba a mejorar el negocio en China y necesitaba a alguien que dirigiera el proceso desde allí mismo. ¿Emocionado? «Por supuesto.» ¿Asustado? «En absoluto.» Cuando se le preguntan las razones, Michael explica: «Estaba muy motivado. Tenía muchas ganas de ir. En ningún caso me habría desplazado al extranjero en busca de ascenso profesional, la cosa no funciona así.» Michael tomó la decisión de ir por sentir la experiencia. Tampoco le costó mucho adaptarse a la cultura china, asegura. «El truco consiste en tomarse las cosas como vienen», es su simple y llana explicación. «En Asia debes tener una gran flexibilidad e iniciativa propia. ¿Que las cosas no salen según lo planeado? Busca una solución. ¿Quieres que las cosas se hagan? Hazlas.»

Esta actitud de flexibilidad y motivación hizo que para Michael fuera fácil cambiar de un país a otro, puesto que también residió en Tailandia durante tres años, donde ayudó a poner en marcha una nueva planta de TANATEX. «¡Qué tiempos más emocionantes!», recuerda. «Allí, participé en ceremonias tailandesas tradicionales desde el principio, con personas de la comunidad local. Aquello fue muy especial».

Negocios al estilo asiático
A pesar de las grandes diferencias nacionales existentes, los países asiáticos tienen modos similares de hacer negocios, muy diferentes a los europeos. «Primero hay que construir una relación», aclara Michael. «No es que a los asiáticos les desagraden las empresas extranjeras. Al contrario, les gustan las empresas europeas por sus elevados estándares de calidad, pero siempre necesitarán que te conviertas primero un socio de confianza. En aquella época, la mayoría de los asiáticos no hablaban inglés, por lo que necesitábamos traductores, que también tenían que ser de calidad y en los que se pudiera confiar. Al final, no es tan diferente a hacer negocios en Europa.»

¿Cuál es su ocupación actual?
Después de muchos años viajando y cambiando de país, Michael trabaja ahora en la oficina central de TANATEX en Holanda. «Se trata de un cambio deseado», afirma. «El aire es más limpio y la vida es mucho más tranquila que en una ciudad de 24 millones de habitantes como Shanghái». Aunque esto no significa el final de sus relaciones con Asia. En la actualidad, Michael aprovecha su experiencia internacional para ayudar a sus compañeros en las comunicaciones con los clientes asiáticos. «En China, solo dispones de una oportunidad. No creen en promesas, tienes que cumplir», explica. «Me alegra poder sacar partido a la experiencia adquirida durante los años que trabajé en el exterior, para ayudar a TANATEX a establecerse en el mercado asiático.»

Conocimientos sólidos de química
Además de crear puentes culturales, Michael tiene otra misión: es el mentor de los químicos jóvenes. «Recuerdo que, a finales de los años 80, al jubilarse una unidad de negocio casi por completo, toda su experiencia y conocimiento desaparecían con esos trabajadores y eso era desastroso», hace memoria Michael. Hoy, la historia parece repetirse. «Los químicos jóvenes son muy necesarios y escasean más que nunca», dice Michael. «La industria textil está cambiando muy rápidamente, por lo que necesitamos gente que pueda seguir el ritmo de desarrollo actual». Actualmente, explica, la disponibilidad es el reto más importante de una planta de producción, y esa es la razón por la que necesitan trabajar con varios proveedores, si aspiran a mantener el ritmo productivo. «De ahí que nuestro objetivo no sea el de convertirnos en el único proveedor, sino en ser el mejor». Cuando le preguntamos cómo lograrlo, Michael no se lo piensa mucho: «Antes de nada, necesitamos gente nueva a quien enseñar conocimientos sólidos de química».

Michael Pirkotsch
Business Development Manager

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